(1926 - 2016)
Solemos ser superficiales no solo en el aspecto de como nos damos a conocer ante este nada beníngna realidad, sino también en el como la apreciamos. Por ejemplo, nos volvemos fanáticos de cualquier cosa, sin conocerla a fondo, sin reflexionar en esos detalles tan ínfimos pero tan determinantes que sin ellos el asunto cambiaría y a peor.
Remitamonos al caso de la música pop, ahi están en el pedestal mas alto los rockstars y las divas, con sus hermosas voces y melodías de ensueño. No alcanzamos a ver toda la maquinaria detrás de ellos, inclusive con lo mas elemental, que es el sonido. Sin quitarle mérito a Paul McCartney o a John Lennon, los himnos que escribieron hoy en día serian polvo sin la manufactura de Sir George Martin. Siento que, sin ayuda del productor, todas esas canciones serian una bonita secuencia de acordes en alguna guitarra acústica anónima, sin el encanto por el que llegaron a la trascendencia.
Por eso digo que somos superficiales, no apreciamos el encanto de las consolas y las cintas, la dedicación de las horas en el estudio y hasta el daño físico, pregúntenle a los oídos de cualquiera que se dedique a la profesión. Un buen productor puede hacer de una planicie sonora un éxito radial inmediato, un excelente productor puede, en conjunto amable con el o los autores, crear música eterna.
Descanse en paz Sir George Martin
Pilar fundamental en la modernidad de los sonidos.
