Cor

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Sin que alguna sea verdaderamente mala o desechable, las canciones de Cor (2022) son en realidad descartes de un proyecto mucho más grande que lleva ya bastantes años tomando forma.
Resulta que hace algún tiempo a mi mente, que tiene el mal hábito de estar inquieta, se le ocurrió hacer un álbum doble conceptual, como esos que eran populares en los 70s. Idearlo fue fácil, componer las canciones un disfrute, darle forma a la historia que quería contar muy entretenido pero grabarlo fue y sigue siendo el detalle bochornoso, pues un terremoto, varias mudanzas, una ruptura amorosa, la inestabilidad económica y emocional, una pandemia y un nuevo trabajo se han atravesado en el camino desde que comencé a plasmar las primeras notas de aquel mamotreto sonoro.
Como la cuestión de grabar requiere prueba y error, comencé primero con las canciones que no quedaron en la lista final de aquel álbum, las cuales fueron apartadas más por razones estilísticas y de narrativa que porque sean deficientes; quizá no encajaba la letra con lo que quería decir en la historia, quizá la música descuadraba con el mood o quizá hubo otra canción que decía “mejor” lo que la trama necesitaba.
Al final, este conjunto de canciones resultó que suenan bien juntas, con coherencia y carácter, como si fueran otra cosa aparte y no derivadas del intento de Rock Opera que saldrá, si todo sale conforme al plan, hasta el próximo año.
Les dejo entonces este álbum lleno de canciones que afortunadamente no se perdieron en la memoria de la computadora y que es el preámbulo de lo que viene.

El tracklist es el siguiente:

1. Anamnesis
2. Innato
3. Todos Los Días
4. Ultramar
5.
Sobre Caer
6. Dime, Dime

7. Lluvia

8. Lo Sé (Lo Haré)
9. Patético
10. Delirios

11. Corazón

12. Universo

13. Etérea
14. Cogniciones

!Saludos desde la post realidad!

Pablo Milanes

 

Estuve a punto de publicar un mazacote de palabrerias intelectualoides criticando el fanatismo cegador que el querido Pablo tuvo en su juventud hacia el régimen comunista de Cuba, todo bajo el pretexto de intentar definir su música y letras con los vocablos "Revolución" y "Amor". Pero al escuchar sus canciones en mis audífonos de regreso a casa, no pude mas que recordar momentos y sensaciones, sin importar en cual de las dos definiciones cayeran.
Ahí estaba en el transcurso de mi peregrinar, pensando en que, por ejemplo, si bien no estoy de acuerdo con parte de la letra de Canción Por La Unidad Latinoamericana, eso no quita que me siga dando escalofríos la música y aquel esperanzador anhelo juvenil de su lírica. Y ni que decir de Nelson Mandela, Sus Dos Amores, que me estremece hasta lo profundo.
Que Mírame Bien y Para Vivir me recuerdan amores y desamores con sus letras que caen en la exactitud de ese sentir hacia otra persona, cuyos rostro viene y va conforme la música avanza, sin necesidad de palabras rebuscadas o analogías crípticas.
Regresé al sentir de mis años universitarios al escuchar Amo Esta Isla, Yo Me Quedo y Cuanto Gane, Cuanto Perdí, cuando comenzaba a abrir mi mente, fascinándome con todo lo nuevo que se me presentaba, mientras tenía aun la esperanza de que realmente lo iba a lograr, sensación que Los Días de Gloria me hizo extrañar.
La jovialidad y el gozo de Homenaje y Yo No Te Pido me recordaron lo tanto que disfruto la música, en general y en particular, cuanto me inspiró Pablo Milanes para salir de mi confort rockero e ir hacia otros sonidos, mas de aquí, del trópico y a crear melodías de mas acá, del corazón.
Yolanda y El Breve Espacio volvieron a ponerme en el asiento de atrás del auto de mis padres, cuando era niño y salíamos de viaje, hacia la capital o hacia el pueblo donde vivían mis abuelos y mis tías, quienes también ponían esas canciones en su antiguo estéreo, por lo que sus notas me remiten a lozas viejas con adornos de antaño y a la humedad de la casonas muy antiguas, típicas de la península.
No solo nostalgias me trae la música de Milanes, pues por ejemplo, tengo muy presente Años, pues desde que la escuche por primera vez, hace 20 años, de verdad que he notado y me ha pesado mas lo que dice su letra. Me veo a mi, a mis padres, a quienes quiero y a quienes ya no están, y lo peor, que el tiempo sigue transcurriendo, con verdades desapareciendo y la tendencia del mundo a volverse un lugar mas lúgubre.
También están Todos Los Ojos Te Miran y Esperando El Milagro, que recientemente descubrí, la primera porque la versión de su hija Haydee es una de las canciones favoritas de mi amor Majo, y la segunda porque es de las ultimas canciones que el cantautor publicó.
Realmente Milanes ha estado y ha influido de sobremanera en mi vida, por lo que criticarlo por criticar era un desdén, cuando lo mejor que podía hacer era mirar a la distancia y acordarme de las pifias que también yo realicé en algún momento y poner los pies en la tierra, para disfrutar lo que Pablo querido nos dejo.




Karthes VI: Macose

Breves palabras a Burgos Ricalde en su primer cumpleaños pandémico; fue escrito el 5 de octubre de 2020, pero publicado como Khartes hasta ahorita. 

Querida Macose:
Se que son tiempos muy extraños para cumplir 33, con toda la cuestión sobre y debajo de nosotros, literalmente. 

Que consterna y agobia estar encerrados, día tras día ver las mismas paredes, las mismas ventanas y las mismas grietas. Si de por si caer en la monotonía es ya tedioso, estar así a la fuerza y con el motivo de evitar algo tan intangible como peligroso seguramente agrega ansiedad a la situación. Se cuanto extrañas al aire, al sol y al mar, cuanto anhelas respirar con profundidad y sin limitaciones. Perderte dentro de la península y ver las estrellas con la claridad que da el alejarse de la ciudad.

Con todo esto me vienen pensamientos extraños y un tanto melancólicos de sí serán suficientes las palabras, los deseos y los anhelos en este día de tus 33 vueltas al sol. Si bastará para que encuentres el alivio breve, la distracción placentera o siquiera una mueca alegre ante semejante panorama. 

Pero al final, después de tanta cavilación hueca llego a la conclusión más coherente: que te deseo muchas felicidades mi amor, en este día que espero sea tan bonito como para despejar los pensamientos grises tan abundantes de estos tiempos aunque sea momentáneamente, y sobre todo vislumbres el amor de los que pensamos en ti.

Te amo, no lo olvides y no lo olvido aunque a veces me quede absorto ante la obviedad de las acciones que deberían inferirse.


Atte Tu novio que se entrega a lo etéreo de tu persona, J.L.Chuc

Khartes V: Cubrebocas

 

 
 
Estimado:

Te juro que la ultima vez que escribí por aquí de modo exclusivo, no tenía ni la más remota idea de que sufriríamos los embates de un pseudo apocalipsis tan poco compasivo. Que algo tan pequeño lograría condicionar el modo de vida de millones de mis congéneres, de los cuales solamente voy a conocer a unos cuantos y aun así me vuela la cabeza saber que están pasando por algo muy similar a lo mio, en tantísimos aspectos.  

Uno de ellos es el mentado cubre bocas, el pedazo de tela o no se que material que, según hemos comprobado, nos protege del pequeño ser mortal que asola la conciencia y existencia humana.

No recuerdo con claridad las veces que lo use antes de todo esto. Según yo, solamente por curiosidad cuando tenía 5 o 6 años, en el consultorio de alguna de mis tías que son dentistas, después de que la impertinente niñez me hiciera preguntar que era esa cosa que traían en la boca cada que me revisaban los dientes. Con todo el cariño del mundo, alguna de las dos me explicó que se trataba de un cubre bocas, que se lo ponían para algo que a esa edad sencillamente no entendí y me dieron uno para que me lo pusiera y pudiera saber como se siente. Nada especial realmente, no surgió en ese instante ni un pequeño detalle que nos diera la pista sobre su futura omnipresencia. Nadie, ni mis tías las dentistas se imaginaban que cargarían con el por 2 años.

Ahora lo traemos porque si, porque se debe, para salvarnos, para evitar el contagio. Para tratar de contener y detener esta cosa que se ha vuelto un lastre. Se de algún modo que los 30 no deberían ser así, con miedo, con tanta restricciones. Pero es solo inferencia, tan solo una ilusión. Las cosas son como son y están donde deben estar, me debo resignar a eso. No quiero imaginar lo terrible que ha de ser para los niños, no tengo idea si sospecharan que la niñez no se trataba de un día perder contacto con tus amigos y amigas para encerrarte y solo verlos a través de lo plano de una pantalla. No debería ser así, de verdad que no debería. 

Quiero pensar que el cubre bocas es algo temporal, lo suficiente para que no cale en el psique de la humanidad. Sólo tengo una prueba etérea que respalda mi aseveración: no hemos soñado con ellos. Nadie. Ninguno. Quizá estoy siendo muy pretensioso al generalizar de tal forma, pero me estoy basando en lo que dice la historia. Muchos de nuestros abuelos, en mayor o menor cantidad, y dependiendo del contexto social en el que se encontraban, soñaban en blanco y negro gracias a la televisión. Y sabemos bien el enorme impacto que tuvo la caja esa por demasiados años.

Tan solo queda la resignación y el casi alivio de saber que poco a poco esto se esta acabando. Algún día, no muy lejano, nos podremos reunir sin que se requiera ese mal benigno, o ese horrible bendición. Nos sirvió, fue muy útil y le agradecemos, pero tendremos que dejarlo ir, por nuestro bien después de que hizo tanto bien. Se que estaré paranoico un tiempo, y que en lugares muy aglomerados lo usaré, como los chinos y los japoneses que veíamos en las noticias, mucho antes de que todo esto sucediera. Que cuando tenga gripa o sepa de alguien con síntomas me lo voy a poner inevitablemente, porque antes de que todo esto sucediera, yo a fuerzas era el siguiente en enfermarse si alguien ya lo estaba. Con el cubre bocas pasaría menos, mucho menos. Según entiendo, incluso varias gripas se extinguieron en el último año, gracias al bendito cubre bocas, que les privó de acceso a nuestro sistema.