Reflexiones al borde del año



Hace 2 horas que estoy en la computadora, mi fiel acompañante en estas soledades hasta que se descomponga. Reviso algunos audios, tarea que se ha convertido en mi vivir y disfrute diario, leo algunas revistas y me topo inevitablemente con los recuerdos.
Aunque fue un buen año, me titule y demás, mi cabeza se llena de otras sensaciones, unas que no había tenido desde hace un buen tiempo, en concordancia a que tampoco hubo un chance de desvelarse tan bueno como este, en el 365º día. Veo las fotos de años que parecen tan lejanos, algunos pasaron tan desesperadamente rápido, mientras otros parecieron durar toda una vida. Y estoy agradecido con todos, con los buenos y malos.
No puedo decir lo mismo de la gente, no por odio ni rencor si no porque cada vez que veo sus rostros en alguna foto guardada en lo mas recóndito de este aparato, porque ya no están. Se han ido, largado a ese lugar de la memoria, donde esperas que nadie crezca y que siga igual todo, que sigamos siendo estudiantes, amantes, amigos, humanos después de todo. ¿Qué carajo les paso? Es lo primero que pienso al ver sus fotos sonrientes, jóvenes, sin el demacrar del tiempo, y no solo físico, si no en su mayoría por dentro, por donde las convicciones se quebraron y los ideales pasaron a mejor vida. Extraño a la gente de la fotos, y en parte también me extraño.
Mi pelo rizado se fue, algunas nociones de vida se enfrentaron al destino final de todas las cosas, y no me quedo otra que seguir viviendo, guardar esas fotos, las caras y las sensaciones, para seguir en este mundo cada día mas estrecho. Se le deprimente, pero no, en verdad fue necesario para la supervivencia, armarse de valor y luchar, y seguir.

 Ya amanece y entre mas claro el día, los recuerdos se van desvaneciendo, tan fuerte como vinieron. Las palabras resultan cansinas, y todo bien y todo mal, todo error y toda solución se vuelven nada, ante respirar este momento. Extrañar las fotos, desear que vuelvan a la vida… no tiene nada de malo. Aprendí que la vida sigue su camino, de la forma mas extraña, aterradora pero emocionante, así que bienvenido un año mas.

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