Banquete


La muerte no debería ser como es: inesperada, sufrida, agonizante. Con esto no estoy diciendo que sea algo malo, pero se crea en lo que se crea, ya sea en la trascendencia, en un viaje, en el siguiente paso o la siguiente vida y sin temor a generalizar, todos los que estamos conscientes de ella le hemos temido. La simple idea de desaparecer nos aterra, dejar de ser es lo peor que nos puede pasar, aparentemente. Encima esta el como se va a morir. Puede ser tanto tranquilamente como de la forma mas violenta posible, al fin y al cabo somos seres igual de frágiles que efímeros.
Antes de que esto se convierta en un curso de tanatologia, vuelvo a recalcar que la muerte no debería ser como es. Debe de existir, eso si, es lo mas natural que le puede pasar a un ser vivo después de vivir. No hay vida sin muerte y viceversa. Puede sonar extremo, pero es la forma de la naturaleza de mantener el orden y el equilibrio. Del modo y sus características es lo que me quejo. No creo que alguien le incomode si, en un ejercicio de imaginación, le quito la variedad a las formas de morir. Escogería simplemente esfumarse, sin dolor, sin agonía, simplemente elevarse y mezclarse con lo que nos rodea, retirarse del escenario sin mayor barullo que el de algún "gracias". Y tampoco creo ocurra algún reclamo si uno supiese la hora de su muerte. Con 1 mes de anticipación. ¿Por que exactamente 1 mes? Para organizar lo del titulo.
Un banquete. Un enorme banquete, porque creo yo que el camino a la felicidad es por el sentido del gusto, sin abusar por supuesto, como con todo en esta vida. Que quien va morir avise con un mes de anticipación, entonces se invita a todos los seres queridos, ya sean familia o amigos, el futuro difunto decidira a quien vendrá y quien no, sin limites, al fin y al cabo, se va a morir. Que justo el día se pongan mesas largas, se corte el césped y los alimentos se calienten, mientras el "festejado" descansa, esperando a que comience el banquete. Que lleguen los invitados, que todos se sienten, que halla de todo en la mesa: distintos cortes de carnes, una variedad de vegetales que sean el delirio de un vegano, bebidas de todos los colores, tamaños y sabores, un espectáculo visual y gastronómico. Que se inicie como se quiera iniciar, con una oración, palabras de los invitados hacia el protagonista, eso si, sin llorar, no queremos entristecer el día, se trata de disfrutar de la presencia de la persona, es su ultimo día, su día especial que nadie le debe ni puede arrebatar. Después de la comida seguiría el postre, y finalmente llegaría la hora de despedirse, con abrazos, palabras de aliento, agradecimientos y perdones, es la ultima vez, es el ultimo día. Con aplausos despedir a quien se va, que lo escuche, que lo sienta, que sepa que los que quedan lo van a extrañar. Que salga por la puerta de atrás y se eleve hacia la posteridad.

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