Edad: 20 años, tal vez 19
Estaba en el cuarto donde crecí, en el de mi infancia y adolescencia, el de la intimidad, el de después de la escuela y antes de salir. Donde los secretos y las verdades te acosan mientras reflexionas somnoliento, en la soledad, antes de dormir. Ese en el que años después vuelves. Y pues en este sueño volvía a el, cansado, derrotado por no se que fuerzas, abnegado pero sin angustia ni rencor. Abría la ventana de siempre, la que da al patio, quitaba el mirinyac y saltaba, desde el segundo piso. Sentía la brisa acelerándose en mi rostro y ese cosquilleo que da cuando el vértigo se materializa. Todo lo antes pequeño se hacia enorme rápidamente, el pasto estaba cada vez mas cerca de mi, las ventanas se quedaban atrás, cada segundo mas lejos.
Pero al llegar al suelo, caía firmemente sobre mis piernas y sin lastimarme, todo lo contrario, se llenaron de fuerza y brinqué con emoción, con gozo, tanto que llegue hasta el cielo, y veía la ciudad a mis pies, las casas como pequeños cuadros acomodados estrictamente, con coches a su alrededor dando vueltas y vueltas. Mire hacia al frente y vi cientos de nubes amontonadas bajo la luz del sol, que se ocultaba entre tonos color pastel. No volví a la tierra, jamas.
Ps: Uno de los mejores sueños que he tenido. La foto que pongo es mas o menos lo que vi al final de mi sueño. Me gusta viajar :)
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