Yo posando sabrosamente, parte del arte de Anamnesis
Ya casi termina enero del 2017 y apenas me di cuenta de que no hice el recuento de los daños del años pasado, que barbaridad. ¿Pero como fue que se me paso tan importante acontecimiento anual?
Sencillamente estuve ocupado este fin de año, me fui de viaje y toda la cosa, ni acceso a internet tuve por esos días. Ademas las cosas han cambiado en mi entorno cotidiano, trabajo nuevo y cuarto nuevo en donde vivir, es mas amplio y menos húmedo. Hasta ahorita todo esta como debe estar.¿Como me ha ido en el aspecto musical? Bastante bien e interesante. Estoy a menos de un año de terminar la maestría, que fue una de las mejores decisiones de mi vida. Ahí he aprendido y aplicado muchas, pero muchas cuestiones musicales que me han resultado muy útiles. Ademas en el trabajo veo cosas de audio y ocasionalmente de musicalización, cosa que me agrada.
Eso es lo bueno, lo interesante es que ha pasado con mi música, mis canciones para especificar. En primera logré terminar el disco de Ferrumen, aquel que había dejado incompleto por las circunstancias especiales que ya les conté en el post del año pasado. Recurrí en primera instancia a un estudio de grabación que me habían recomendado, pero las mayoría de las voces no quedaron muy bien a mi gusto, quizá por la acústica del lugar, quizá porque no fue buena la interpretación en ese instante, por lo que las regrabé en aquel cuartito en el que vivía. Y a pesar de las precariedad, el álbum que tenia pendiente al fin esta terminado.
Pero como soy un quisquilloso, cierto día surgió la comezón de grabar un disco mas. Uno doble, como el fracasado proyecto Phosphenes, pero que ademas contase una historia, que tuviese una narrativa, básicamente como esos legendarios discos rock opera. Y es que tenia en el baúl demasiadas canciones que no encontraron su lugar en los discos previos, la mayoría de ellas las escribí antes de los veinte, lo que les dejaba cierto tufo de juventud inocente que por estas fechas ya no dicen lo que quiero decir. Pero como en este caso quiero contar una historia de crecimiento, con una reestructuración musical y la reescritura de la mayoría de las letras sin perder su esencia juvenil, estas canciones se amoldan perfectamente. A este futuro disco doble le pondré Kokoro, concepto japonés que siento refleja lo que quiero decir, pues la historia toca temas como el crecimiento personal, la búsqueda de identidad y la conciliación de los anhelos con las realidades. Va a ser una labor maratónica de 15 canciones por disco, varias de ellas multipartes y con efectos sonoros que enlacen a las canciones. Yo solito me aviento los retos descabellados.
Como siempre, sobraron canciones para el disco, que aunque son excelentes, resultan redundantes dentro de la historia o de plano no tienen nada que ver, por lo que reuniré los temas sobrantes en otro disco realmente corto, no mas de 8 canciones, todas ellas grabadas de manera básica, llamado adecuadamente Exordio, pues servirá como preparación e introducción al monstruo sonoro doble que será Kokoro, el cual todavía se encuentra en la etapa de planeación, probablemente me tome 2 años terminarlo, pues las circunstancias actuales son limitadas, por lo que antes de el saldrá este álbum, que va a ser mucho mas sencillo.
Ademas de todo el chorote de arriba, me dedique en este año a compartir por las redes sociales una compilación de las canciones que mas han gustado, de esas que me han chuleado. Hay representantes de todos los discos que hasta ahorita tengo (por cierto, Argyros ahora se llama Lütem), pero en algún futuro me gustaría agregar las canciones que mas agraden de los que faltan.
Y pos para terminar, les dejo la lista actualizada de mis discos, tanto los que ya existen como los que habrán de venir:
- Hábitus ✓
- Katakritos ✓
- Petrichor ✓
- Boanerges ✓
- Lütem ✓
- Malaquita ✓
- Phosphenes ✓
- Ferrumen ✓
- Exordio ???
- Kokoro ???
Nuevamente, como año tras año les recuerdo:
¡Se vale soñar, chavos!