La reseña del concierto de Sir Paul McCartney se las debo, y mucho, pues lo minimo que puedo decir es que el concierto fue de las mejores cosas que me han pasado, así de espectacular estuvo. No he podido concentrar mi ingenio en escribir sobre el concierto porque estos dias han estado macabros, recompensados monetariamente, pero macabros.
Y ya poniendonos un poco mas serios con la definición de macabro, y particularmente hablando sobre Londres, me vengo a enterar que en unos dias se cumplen 7 años del atentado en la estación de metro King Cross. No tengo, o mas bien, no creo que sea necesario el recordarles los hecho, que a secas lo puedo describir como un atentado terrorista, las noticias se encargaron de difundir los hechos, y en un mundo globalizado, mas temprano que tarde uno se entera de lo que sucede al otro lado del mundo.
Pero eso no es lo macabro. Resulta que por esas fechas, 2005, tuve junto a mi familia la oportunidad de viajar a europa, en uno de esos tours que ahorita ya son economicamente inalcanzables. Visitamos Madrid, Paris, Roma y por supuesto Londres, entre otras ciudades significativas del viejo continente. Lo curioso y mas que nada macabro del viaje fue que resultamos ser mas o menos aves de mal agüero, pues por ejemplo, al llegar a Roma se murió el papa, y al pasar por Monaco, se murió el rey. Y si se le podia hechor la culpa a la casualidad, entonces con lo siguiente que voy a redactar, deberíamos considerar alzarle un altar a la misma.
Para el viaje se tenian dos opciones: viajar por 15 dias durante semana santa (Bueno, y la anexa) o durante el mes de julio, no recuerdo si por mas o menos tiempo. La cosa esta en que, como familia, estábamos a punto de escoger el mes de julio, pero por cuestiones varias decidimos hacer el viaje en semana santa. Todo muy bien, una gran experiencia de la cual nunca me voy a arrepentir. Pero aqui viene lo macabro, pues como habrán ya deducido, por esas fechas, en julio de 2005, sucedieron los atentados terroristas en Londres. ¿Y que tan relacionado pude estar?
Cuando estuve en esa grandiosa ciudad, mi familia y yo nos hospedamos en un hotel en Russel Square, que es como un parque, de esos que hay en las películas, verde y bonito. El hotel, que no recuerdo su nombre, era groseramente británico, tanto que se palpaba en el aire una sensación flemática, que por supuesto, a mi me encantaba. De Russel Square al Museo Británico se llega caminando, como lo pudimos comprobar toda la familia, que fuimos a ver momias egipcias y demás objetos históricos. Por cierto, confundi este museo con el de Historia Natural de Londres, por lo que al no ver dinosaurios, me entristeci bastante. Ya al dia siguiente mi niño eterno quedo complacido para siempre.
De Russel Square a la estación King Cross tambien se llega caminando, de hecho era la estación que mi familia y yo usábamos todos los dias que estuvimos en Londres para llegar a los distintos lugares de interes de la ciudad. Algo mas alla quiso que no escogiéramos Julio como el mes para vacacionar, pues todo, desde las fechas hasta los horarios en los que tomábamos el metro coincidían con el fatidico atentado. De haberse cumplido el hubiera, quizá no la estaria contando.
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