Octenio

Nótese la calidad de la imagen de una cámara de hace ocho años

Hace ocho años estaba en la universidad, tenia el cabello largo y mucho tiempo libre, mis únicas responsabilidades eran comer bien, dormirme temprano y sacar buenas calificaciones. Fueron tiempos de conciliar los anhelos con las realidades, pero sin estar al tanto a ello, de escribir canciones tan frescas y a la vez tan cálidas como el clima de Mérida. Al ver la fotografía de esta entrada me viene la sensación de las paredes frescas de la facultad contrastadas por el bochorno del clima del sureste, creo jamas olvidare esas impresiones.
También cumplía mi primer año de soledad perpetua, auto infligida por supuesto, en una mezcla de inmadurez y premonición, pues algo en mi interior me decía que no debía quedarme en la comodidad de mi lugar de origen y buscar hasta el otro lado del mundo algo que aun sigo sin definir, pues todavía, ocho años después, sigo en esa travesía. 
Poniéndole el sazón del cliché puedo decir que los tiempos eran otros, Facebook era algo desconocido para nosotros los millennials mexicanos, el messenger era la onda y apenas empezaba la era del wikipediazo. Nada de Twitter, Instagram o Tmblr pues eran desconocidos en esos lares o de plano ni existían; un video de Youtube a 720p era deslumbrante. 
En esos ayeres me encontraba yo en la soledad de mi cuarto, a oscuras, con la compu prendida escribiendo la primera entrada de este blog, mientras componía armoniosas melodías en el silencio de la madrugada. Ocho años después estoy haciendo lo mismo, quizá mas viejo, quizá con mas experiencia, pero aun así con la misma terquedad de seguir siendo... 

Una vez mas, felicidades a este blog, reliquia de un pasado bien presente.

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